Secuestro. Privación, no privatización, de la libertad de una persona con capacidad económica para pagar mínimo 10 mil pesos para seguir caminando en la calle. Realizada generalmente por bandas de secuestradores, con nombres ad hoc a la ‘freses’ de los delincuentes de hoy, que no han podido destacar en el narco o que han sido detenidos por otros delitos. En la mayoría de los secuestros, los cuerpos policiacos estatales colaboran encubriendo a los secuestradores o inspeccionando la zona donde se realizará el delito. En los últimos años, los cárteles de la droga han tenido que absorber a las bandas ‘independientes’ de secuestradores, monopolizando el mercado, sin permitir una libre competencia, como Televisa y Tv Azteca.
Levantones. Privación de la libertad y, en la mayoría de ocasiones, asesinato de una persona por ‘ajuste de cuentas’ con los cárteles de la droga. Este tipo de eventos, se utilizan para demostrar aquella máxima de que ‘el crimen no perdona’: ‘entre la purulencia y los gusanos no hay indulto’. En esta modalidad, no existe el rescate y sólo se pide el pago de la deuda, en caso de no contar con el dinero completo y ya se ha hecho gastar dinero para el cobro, es muerte segura. En lo general, no hay detenidos y la policía prefi ere mantenerse al margen de estos casos, no investiga. Los cadáveres se pueden encontrar en sabanas, por partes, quemados, entambados, enrollados en cinta canela y fritos. Desde el 2007, la ciudad de Oaxaca y la costa oaxaqueña, se han vuelto territorios proclives a este tipo de cobro.
Ágora 