Durante meses los medios de comunicación han “asesorado e informado” a la comunidad respecto a “la cuesta de enero” y a la famosa crisis que afectará durante el 2009 y posiblemente en el 2010. Pero seamos prácticos, ¿acaso es necesario que un ama de casa o a un taxista, por ejemplo, se les considere ajenos a la situación, cuando el litro de aceite tiene un costo aproximado de 35 pesos, o el litro de gasolina sube constantemente además de que el salario mínimo alcanza para cubrir el 40.3 por ciento de la canasta básica?
Puebla, Mex.- Durante meses los medios de comunicación han “asesorado e informado” a la comunidad respecto a “la cuesta de enero” y a la famosa crisis que afectará durante el 2009 y posiblemente en el 2010. Pero seamos prácticos, ¿acaso es necesario que un ama de casa o a un taxista, por ejemplo, se les considere ajenos a
la situación, cuando el litro de aceite tiene un costo aproximado de 35 pesos, o el litro de gasolina sube constantemente además de que el salario mínimo alcanza para cubrir el 40.3 por ciento de la canasta básica?
El Monte de Piedad “hace su agosto” en los primeros meses del año, al tiempo que los bancos ganan con los intereses que cobran por apertura, manejo de crédito y disposición en efectivo, sólo por mencionar algunas ganancias.
La realidad cruel de la crisis económica se refleja en su cartera y en la mía, razón por la cual valdría entrevistar a quienes se enfrentan con el alza de precios (sin aumentar su salario), en lugar de enfocar los reflectores en números y estadistas que, lejos de informar, simplemente alarman o crean hastío en los ciudadanos.
Escuchar o leer sobre el despido masivo en empresas automotrices o industrias refresqueras por supuesto que llama la atención pero, al mismo tiempo, el recorte de personal pareciera convertirse en el “pan nuestro de cada día”. Y si lo dudan (si es que llegaran a dudar lo que digo…) basta con conocer o ser un desempleado que durante meses se esfuerza en conseguir, sin éxito, ser contratado.
No hay vacantes y, cuando las hay, el salario que se ofrece es desproporcionado al perfil y actividades que se deben realizar. Para una empresa entre menos empleados tenga, mejor; pero para una persona desempleada es precisamente una limitante para encontrar opciones de trabajo y ser contratado.
Ahora bien, los empleos que existen más vale cuidarlos y debido a la escasez de dinero se opta incluso por tomar un empleo con baja remuneración para al menos se tenga la seguridad de recibir determinada cantidad de dinero cada quincena y “solventar” los gastos mensuales.
El número de trabajadores informales aumentó, junto con el número de jóvenes que en enero o en agosto terminan sus estudios universitarios y se convierten en competencia de los ya titulados (y algunos de ellos desempleados).
Tener experiencia pareciera ser un obstáculo argumentando que “no se puede pagar el sueldo a una persona con un perfil superior al solicitado”. Entonces, si se tiene experiencia malo y si se carece de experiencia también.
Con la crisis vale más tomar un trabajo y cuidarlo aún a sabiendas de que lejos de trabajar para vivir, se vive para trabajar, y el consuelo es que así no se cobrarán tantos intereses por las deudas adquiridas a finales del año 2008.
Entonces, ¿a quién se debería tomar en cuenta cuando se hacen entrevistas respecto a la crisis económica que vivimos los mexicanos?, ¿a expertos economistas o a personas que cada día se percatan de que el dinero alcanza cada vez para menos?