PUEBLA, Pué.-Desde siempre la teología ha formado parte fundamental de la política, desde las culturas nómadas hasta las sedimentarias, no obstante lo anterior, nos enfocaremos plenamente en las relaciones político religiosas actuales, las que nos benefician o afectan directamente a nosotros, habitantes de este espacio temporal.
Resulta inverosímil creer que una institución de fe como lo es la Iglesia Católica tenga un Estado formado geográficamente y respaldado a nivel económico de una manera tan sólida como lo es la ciudad de El Vaticano.
México tuvo una ruptura en el pasado con el Estado Eclesiástico, sin embargo, desde Carlos Salinas de Gortari, se restablecieron estas relaciones diplomáticas al punto de que nuestro ilustre ex presidente Vicente Fox se hincó y besó el anillo papal en una visita del hoy finado Juan
Pablo II. Si lo vemos con fe resulta normal, bajo otra perspectiva, estamos hablando que el jefe de estado de México se inclinó a besar la mano de otro jefe de estado, cuando protocolariamente es incorrecto; es decir, resulta lo mismo que nuestro presidente bese la mano del papa, como que nuestro presidente se hinque y bese la mano de Ovaba, recordemos que son solamente dos jefes de estado que merecen recepciones diplomáticas y no baños de fe.
El Partido Acción Nacional, históricamente se ha
Considerado como “el mocho”, el católico creyente, el que da gracias de las elecciones en la Basílica de Guadalupe y es el que hace una que otra petición ahí. La pregunta que me surge: ¿Deben la Iglesia y sus dirigentes, influir a tal grado en la política?, mi respuesta definitivamente es un ¡no!, no debemos permitir que existan situaciones como ésta, que definan el curso de nuestra política, nuestros dirigentes deben hacer política no teología
Sin embargo, los favores en la política se cobran y como hemos visto, padres pederastas absueltos por autoridades, también hemos visto políticos divorciados “en el nombre de Dios” (cosa que la religión católica no permite), así pues nos podemos dar cuenta que, con lo que hemos topado es con un par de clanes organizados para ayudarse y “taparse” en sus problemas públicos.
Si ustedes van al templo, van a la casa de Dios para estar en contacto con él, no van ahí para que una persona (sacerdote, obispo, arzobispo o cardenal) les hable de política, ¿por qué los dirigentes eclesiásticos opinan sobre política? Si bien estoy de acuerdo en que ellos creen su propia opinión, no deben exteriorizarla cuando están investidos de un cargo que como el código civil lo menciona “puede influir directamente en las decisiones de sus feligreses”, los curas y sus superiores deben dedicarse
a lo que su puesto exige, no deben de tomar funciones que no les corresponden, o ¿qué le seguirá? ¿Senadores que den misa desde sus curules.
Zapatero a tu zapato, algún día el odiado por Acción Nacional, Benito Juárez, oriundo de Oaxaca, dio un gran paso con las leyes de Reforma, no retrocedamos por favor, no perdamos lo que hemos ganado, no regresemos a una política marioneta de la religión. Tenemos derecho a tener una religión y a tener un gobierno, como líneas paralelas, que por definición no podrán tocarse por mucho que se prolonguen.