Por vez primera, en el 2006, encontramos un PRI en tercer lugar, el PAN en primero y un PRD como segunda fuerza en la bancada legislativa. Al sol azteca poco le sirvió esta figura, ya que la habilidad del PRI para negociar con el PAN y la nula disponibilidad de trabajo después de la elección presidencial, provocó que el Frente Amplio Progresista tuviera pocas posibilidades de influencia, induciéndolo a que optaran por otros métodos para tener presencia, como la toma de tribuna. En otro escenario político postelectoral, sería muy difícil ver a una segunda fuerza legislativa usando la violencia.
El 2009 creará una nueva perspectiva para todos los partidos, será la primera vez que se realice la elección sin medios de comunicación pagados y nuevas reglas creadas en la reforma electoral.
El PAN, a toda costa, tratará de buscar la mayoría del Congreso para darle estabilidad al Presidente y continuar con las reformas estructurales. El PRI buscará salir del tercer lugar e intentará ser la mayoría del congreso. En este caso, los últimos resultados que ha logrado en las contiendas locales (2007, 2008) muestran que ha derrotado indiscutiblemente al PAN y PRD, al primero en Yucatán y al segundo en Guerrero.
En el caos del PRD, después de una gran crisis interna creada por el cambio de dirigencia y un desprendimiento a todas luces de Izquierda Unida, aunque no formal pero sí de facto, se crea un escenario muy áspero y que, sin duda, apunta a que éste regresará a ser la tercera fuerza legislativa.
A todo esto, la pregunta más importante que nos deberíamos hacer es ¿qué partido o partidos serían los grandes ganadores en esta contienda del 2009? si observamos un poco, no habrá cambios de votaciones entre el PRI y el PAN.
El PAN mantendrá las diputaciones del bajío, y algunas del norte, pero perderá en su gran mayoría las del sur del país como en el 2006. El PRI por su lado, recuperará la gran mayoría del norte y un buen número del sur, teniendo una mala participación en el centro y Bajío.
En conclusión ningún cambio extraordinario. Cada uno tendrá un número de diputados que históricamente siempre ha logrado: el PRI con un rango de 180 a 200 diputados y el PAN con un rango de 150 a 170 legisladores.
Pero, lo que nos debiera llamar la atención, es la coalición hecha por Convergencia y el Partido del Trabajo, la cual está abanderada por la fracción del perredismos de Andrés Manuel López Obrador, Izquierda Unida.
Convergencia es un partido que en diez años se ha convertido en la cuarta fuerza política del país, teniendo importantes bastiones en Veracruz, Oaxaca, Campeche, Guerrero y Aguascalientes. El PT registra participaciones sobresalientes en estados como Zacatecas, Durango y Monterrey.
Esta coalición podría convertirse en la gran ganadora del 2009, aprovechando la ruptura en el PRD. Su crecimiento podría significar la aparición de un polo de izquierda importante para el país. Esto permitiría que en los siguientes años fueran la fuerza política que desplace al PRD en el Congreso de la Unión. Si no, al menos, podrá obtener de 40 a 60 diputaciones en un futuro.
Ágora 