La globalización es un fenómeno mediante el cual un país que pretenda desarrollarse, debe estar económica y políticamente interconectado con otros, sin embargo, el avance tecnológico y la creación de enormes sistemas de datos públicos y privados, ha generado que un individuo desconocido deje de serlo en cuestión de minutos, por lo que el intercambio de datos juega un papel fundamental en la interacción de una comunidad con otras.
Un individuo con gran afán de desarrollo, busca ser aceptado socialmente, por lo que no puede quedar aislado del resto de su comunidad; debe suministrar sus datos personales a terceros con el fin de obtener créditos, servicios u oportunidades laborales; pero, esta información puede utilizarse para un fin distinto al original, lo que deja en evidencia la urgente necesidad de regular el registro, transmisión – y en general-, el tratamiento de los datos personales y la publicación de estos, no para entorpecer las diferentes actividades que de ellos se deriven, sino con el fin de establecer un equilibrio entre el derecho a la máxima privacidad y el derecho a la máxima publicidad, para un buen desarrollo económico, social y político de un país.
¿Para qué sirven los datos personales? Para que un individuo pueda interactuar con otros, o con una o más organizaciones sin que sea confundido con el resto de la colectividad, y para que pueda cumplir con lo que disponen las leyes. Asimismo, hacen posible la oferta y obtención de bienes y servicios. Pero, al entregar los datos personales, el individuo se expone a que su intimidad y privacidad sean vulneradas.
El derecho a la protección de datos personales, no es nuevo, se tutela desde la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789, no obstante regímenes autoritarios que en distintas épocas se encargaron de borrar este derecho fundamental, llegando al grado de que el individuo no tenía el menor derecho sobre su propia persona, por lo que su intimidad, y por tanto, sus datos personales, no existían.
La Unión Europea, con el convenio 108, retoma el derecho para proteger los datos personales que tengan algún tipo de tratamiento y recolección, otorgándole un marco legal con principios y normas concretas para prevenir el uso ilegal de los mismos.
El 26 de abril de 2006, el Comité de Ministros del Consejo Europeo resolvió declarar el 28 de enero como el “Día Internacional de la Protección de los Datos Personales” con motivo del aniversario de la firma del mencionado convenio, para concientizar a los ciudadanos de los riesgos inherentes y asociados al manejo ilegal de nuestros Datos Personales.
La urgencia de proteger los datos personales en nuestro país así como en el Estado, se deriva de la necesidad de evitar la mala utilización que se hace de algunas bases de datos para fines comerciales, así como evitar la invasión a la privacidad de los ciudadanos, además de garantizar la protección de los diferentes sistemas en poder de los Sujetos Obligados para evitar la inseguridad que hoy persiste por los casos de robo de identidad o de discriminación a través de la obtención de los perfiles que hacen identificables a las personas, como en sus patrones de consumo y de ahorro, o en sus inclinaciones y preferencias.
En Oaxaca, se protegerá este derecho fundamental que reconoce nuestra ley, a través del Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública (IEAIP), con el Registro Estatal de Protección de los Datos Personales que tendrá el control sobre la existencia y finalidad de los sistemas de los mismos en poder de los Sujetos Obligados.
Ágora 